Vivimos tiempos complejos, la socialdemocracia europea, principal
constructora del estado del bienestar y casi hegemónica en el viejo
continente durante la segunda mitad del siglo pasado, comienza a dar
síntomas de agotamiento, lo que se traduce en un progresivo alejamiento
en las preferencias de la ciudadanía.
Tras más de treinta años de democracia, España está a la
cabeza de Europa en derechos sociales, en libertades públicas y en
políticas de igualdad, hemos madurado como sociedad y también hemos avanzado en el terreno de la solidaridad y la conciencia ciudadana.
Pero mirar al pasado y a lo ya realizado no nos hace crecer, Europa
ha cambiado, el mundo ha cambiado, y si miramos a nuestro alrededor nos
daremos cuenta de que la democracia se tiene que adaptar a un
entorno político, social, económico y tecnológico diferente para evitar
el retroceso de los espacios de libertad conquistados durante muchos
años.
L@s socialistas no podemos resignarnos a la perdida de esos derechos y libertades.
Debemos reaccionar, evolucionando en nuestras ideas y programas para
ser capaces de responder a los nuevos retos que se nos presentan,
aportando respuestas valientes y claras a una sociedad que las está
demandando, desde nuestro compromiso por la libertad, la igualdad, la justicia y el bienestar.
Las viejas respuestas no valen, el agotamiento del sistema en su modelo actual nos exige innovación y creatividad.
La irrupción de Internet está configurando a nuestro alrededor una
nueva arquitectura de la participación cuyas primeras manifestaciones
van desde elmovimiento del Software Libre a las movilizaciones del #15M en toda España, pasando por el paradigma del Gobierno Abierto, acuñado por los sectores más avanzados de la izquierda europea y el Partido Demócrata de EEUU.
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